En el post anterior os comentaba varios consejos para lijar la madera y que ésta quedase perfectamente. Pues bien, hoy vamos a ver otros trucos para poder tratar la madera en pequeñas reparaciones domésticas que podamos llevar a cabo. En esta ocasión os hablaré sobre cómo manejar los clavos, algo que en principio parece muy básico, pero que si no tenéis algo de experiencia podréis dañar la superficie sobre la que estáis trabajando e incluso haceros averías varias en los dedos.
- ¿Nunca os ha pasado que vayáis a clavar un clavo y veáis que éste no se introduce fácilmente en la madera? Ésto puede deberse a varias razones, pero por lo general es debido al tipo de madera con el que estéis trabajando o si habéis tenido la puntería de acercar en un nudo, que por regla general suelen tener una mayor consistencia.Pues bien, hay maneras de poder meter el clavo sin dañar la madera. La primera de ellas consistiría en mojar el clavo con algo de jabón de manos, grasa, cera o similar. Ésto permitirá que penetre mejor. Y si veis que ésto aún sigue sin funcionar ahí va otro truco: poned el clavo en agua hirviendo. De esta manera la madera no sufrirá.
- A ver si adivino, a la hora de clavar un clavo en más de una ocasión os habéis dado un martillazo en el dedo, ¿cierto? Pues ésto tiene solución. ¿Tenéis un peine por ahí a mano que no vayáis a utilizar? Pues se trata de un complemento ideal: coged el clavo con las púas y ya, problema resulto.
- Y finalmente, si vais a sacar un clavo cuidado, ya que podrá estropearse la madera circundante. Lo mejor es que utilicéis un taco de manera sobre le cual hacer palanca (la presión ejercida será más o menos vertical).
